Por Ale K - En general me tienen siempre aquí hablando sobre psicología, valga por esta vez un desliz reflexivo para hablar de una amiga; un...
Por Ale K - En general me tienen siempre aquí hablando sobre psicología, valga por esta vez un desliz reflexivo para hablar de una amiga; una grande del musical argentino, lo hago a modo de despedida pues ya no está en este plano. Tal vez este texto sea una forma de atravesar el duelo. Hablo de Sandra Guida.
Hace unos años cuando estaba en la radio solía frecuentar muchos personajes del cine el teatro y la televisión, algunos francamente olvidables. Pero otros me impactaban con su talento y en algunos casos con su sencillez.
En primera persona:
Yo la iba a entrevistar para la radio, una entrevista que gestionó mi suegra.
La noche anterior a conocerla mi pareja, me sugiere que veamos el "Guida Concert", fue mi primera vez, y quedé hechizado al verla levitar por el escenario con su voz aterciopelada al ritmo del jazz, arrancando aplausos de la platea fue uno de los mejores momentos de mi vida.
Si bien mi apreciación del musical no tiene nada de técnica, solamente me acompañaban en esta experiencia mis sentidos.
Al día siguiente la tuve en el estudio de la radio, que se preparó con todo para recibirla digo: siendo una radio gay (AG radio) había mucha loca que ya la conocía (para el 2004 toda la comunidad gay había visto Chicago) todos preguntaban cómo la había conseguido.
Sandra entró en el estudio y todo se iluminó, se percató de mis nervios y ELLA me tranquilizó a mí! Cuando salimos al aire toda la adrenalina estaba en el ambiente, la avalancha de oyentes querían comunicarse y mandarle saludos, obviamente todo el mundo pedía que cante y así lo hizo. Tras una mala jugada de mis nervios. Lo que a mí me marcó fue que la presenté mal. Había estado estudiando sobre su vida y sus logros artísticos y había visto entero y por partes el “Guida Concert” donde canta varias canciones del musical “Cabaret”.
La presenté como la diosa del musical, que nos había maravillado en Cabaret, cuando en realidad ella venia de triunfar con “Chicago” Junto a la también gloriosa Alejandra Radano. Me corrigió al aire, en forma muy graciosa y yo sinceramente pedí al Universo que me trague, pero otra vez perdido en sus encantos y en la luz que manejaba en su trato empezó a ofrecerme todo su repertorio, venía a presentar Tatuaje, la obra de Alfredo Arias de la que ella era protagonista y se daba en el Alvear, a partir de ese día comenzó con Sandra una amistad que duró hasta el fin de sus días.
Al día siguiente la tuve en el estudio de la radio, que se preparó con todo para recibirla digo: siendo una radio gay (AG radio) había mucha loca que ya la conocía (para el 2004 toda la comunidad gay había visto Chicago) todos preguntaban cómo la había conseguido.
Sandra entró en el estudio y todo se iluminó, se percató de mis nervios y ELLA me tranquilizó a mí! Cuando salimos al aire toda la adrenalina estaba en el ambiente, la avalancha de oyentes querían comunicarse y mandarle saludos, obviamente todo el mundo pedía que cante y así lo hizo. Tras una mala jugada de mis nervios. Lo que a mí me marcó fue que la presenté mal. Había estado estudiando sobre su vida y sus logros artísticos y había visto entero y por partes el “Guida Concert” donde canta varias canciones del musical “Cabaret”.
La presenté como la diosa del musical, que nos había maravillado en Cabaret, cuando en realidad ella venia de triunfar con “Chicago” Junto a la también gloriosa Alejandra Radano. Me corrigió al aire, en forma muy graciosa y yo sinceramente pedí al Universo que me trague, pero otra vez perdido en sus encantos y en la luz que manejaba en su trato empezó a ofrecerme todo su repertorio, venía a presentar Tatuaje, la obra de Alfredo Arias de la que ella era protagonista y se daba en el Alvear, a partir de ese día comenzó con Sandra una amistad que duró hasta el fin de sus días.
Una amistad con comidas, charlas interminables, experiencias, vacaciones compartidas, confidencias e infidencias. Una relación que no se ha extinguido siquiera con su partida, porque Sandra tuvo en vida la virtud de reunir, a su gente y sus afectos. Virtud que no abandona aun estando en otro plano. Anoche en el Astral nos volvimos a encontrar todas aquellas personas que de una u otra forma formamos parte de su paso luminoso por este plano.
En el final ella (desde la pantalla a modo de holograma), agradeció a todos los que se habían volcado a verla y que la recordaban (tras varios minutos de aplausos), quedamos todos los que estábamos nuevamente allí para ese tributo final.
Un cariñoso abrazo para Walter Rinavera su compañero hasta el final.
Genial anécdota Ale K para una artista genial. Tuve la fortuna de conocerla también y si bien no conozco personalmente a muchos artistas, la generosidad de Sandra es algo extraordinario. Y digo es, por supuesto, porque nos sigue reuniendo.
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