Por Diego de Alzaga | Uno de los peores aspectos de la vida nocturna gay es cĂłmo puede llegar a interiorizar y a repetir hasta la sac...
Por Diego de Alzaga | Uno de los peores aspectos de la vida nocturna gay es cĂłmo puede llegar a interiorizar y a repetir hasta la saciedad las peores tendencias de los colectivos queer. Se dice que la gente queer, sobre todo los hombres homosexuales, son extremadamente inseguros y suelen tener grandes complejos.
Los gays somos susceptibles de sentir una inseguridad extrema respecto a nuestra masculinidad. Es como un tipo de homofobia interna que nos hace idolatrar a los "machitos" y rechazar a los afeminados.
A veces hacemos gala de un racismo repugnante. De hecho, no es raro escuchar a tipos que públicamente declaran su "preferencia" por los hombres blancos a la hora de tener una cita o que critican ciertas razas sin ningún tapujo. Además, algunos se oponen a la presencia de mujeres y hombres gays no cisgénero en sus bares. La forma de vestir, el aspecto o el comportamiento de estos individuos a menudo refleja los traumas que han sufrido a lo largo de sus vidas.
A veces hacen gala de un racismo repugnante. De hecho, no es raro escuchar a tipos que pĂşblicamente declaran su “preferencia” por los hombres blancos a la hora de tener una cita o que critican ciertas razas sin ningĂşn tapujo
Decidimos ponerle humor al asunto e hicimos un pĂłster falso con Photoshop que reflejara toda esta mierda. QuerĂamos colgarlo una noche en alguna de las discotecas donde trabajábamos. Clint Yeager, uno de mis compañeros de Eagle, propuso el tĂtulo; "Tox-Masc" (masculinidad tĂłxica).
Luego nos vinimos arriba y empezamos a sugerir eslĂłganes graciosos como, por ejemplo, "Si decis 'queer', yo te digo '¡fuera!'", "Esta noche, espectáculo: machos pegándose unos a otros", "No queremos drag queens, mujeres ni nada que las represente" y "Con gogos superheteros que tomaran tu dinero gay".
A la tarde siguiente, el anuncio de Mateo ya estaba publicado en Facebook, y al parecer tuvo un gran Ă©xito. Incluso se hablaba de Ă©l en varias revistas gays. Amigos y desconocidos empezaron a enviarme mensajes por el anuncio; en algunos nos felicitaban y en otros nos criticaban. Aquellos mensajes decĂan mucho más de la comunidad gay que la broma que yo habĂa creado.
A veces hacen gala de un racismo repugnante. De hecho, no es raro escuchar a tipos que pĂşblicamente declaran su “preferencia” por los hombres blancos a la hora de tener una cita o que critican ciertas razas sin ningĂşn tapujo
Decidimos ponerle humor al asunto e hicimos un pĂłster falso con Photoshop que reflejara toda esta mierda. QuerĂamos colgarlo una noche en alguna de las discotecas donde trabajábamos. Clint Yeager, uno de mis compañeros de Eagle, propuso el tĂtulo; "Tox-Masc" (masculinidad tĂłxica).
Luego nos vinimos arriba y empezamos a sugerir eslĂłganes graciosos como, por ejemplo, "Si decis 'queer', yo te digo '¡fuera!'", "Esta noche, espectáculo: machos pegándose unos a otros", "No queremos drag queens, mujeres ni nada que las represente" y "Con gogos superheteros que tomaran tu dinero gay".
A la tarde siguiente, el anuncio de Mateo ya estaba publicado en Facebook, y al parecer tuvo un gran Ă©xito. Incluso se hablaba de Ă©l en varias revistas gays. Amigos y desconocidos empezaron a enviarme mensajes por el anuncio; en algunos nos felicitaban y en otros nos criticaban. Aquellos mensajes decĂan mucho más de la comunidad gay que la broma que yo habĂa creado.
Los remitentes de los mensajes me explicaban historias suyas de noches muy parecidas a la que anunciaba nuestro póster exagerado. "Hace unos meses fui a un bar gay en San Francisco", me escribió un amigo que se considera de género fluido (me pidió que no revelara su nombre por la naturaleza de su historia). "Iba vestido de mujer y llevaba barba, con lo que les rompà los esquemas por completo.
El portero me dijo que no era bienvenido. Me quedĂ© de piedra. ¿Que no era bienvenido? Nene, ¡estamos en San Francisco! Justamente aquĂ deberĂa ser siempre bienvenido. El mánager del garito saliĂł y me dijo que me calmara y que volviera otro dĂa, porque esa noche no cumplĂa con el perfil que ellos pedĂan. ¿QuĂ© significa eso?".
"Si esas cosas pasan en San Francisco, imagĂnate lo que se verá en el mundo real", añadiĂł.
"Yo una vez tuve que tragarme un sermĂłn de quince minutos en la puerta de un bar gay en San Diego nada más llegar", me explicĂł Jess Keys, conocida artĂsticamente como Xanadu Rocketship y famosa defensora de las drag queens. Ella se identifica como mujer bisexual y participa en espectáculos drag.
Algunos mensajes recriminaban la creciente presencia de mujeres, drag queens y lesbianas en las fiestas gais. Leer todo aquello me sacaba de mis casillas.
“Una vez un portero me dijo: ‘Si pudiĂ©ramos prohibir la entrada a mujeres, lo harĂamos. La mayorĂa de nuestros clientes odian a las mujeres’”"Yo sĂ© de algunos relaciones pĂşblicas que nunca me contratarán por dedicarme al mundo drag, trans y queer", me contĂł Mateo en una conversaciĂłn que tuvimos despuĂ©s del Ă©xito de mi cartel. "Se creen que por pinchar para grupos más inclusivos dejarĂ© de ser un buen reclamo para el pĂşblico hipermasculino, o que la mĂşsica será demasiado 'romántica' y 'cursi'".
Que conste que Mateo y yo trabajamos en bares y locales donde se fomentan todos los tĂłpicos que criticamos en nuestro panfleto, en garitos que celebran noches temáticas con requisitos que tienden a la masculinidad, como llevar barba. Y no estamos diciendo que esos lugares o comunidades sean algo malo. La comunidad bear surgiĂł como un refugio para los gais que se sentĂan rechazados por los estándares de belleza impuestos por el resto del colectivo gay, que normalmente se toman tan en serio que pueden provocar trastornos como la dismorfia corporal.
A primera vista, yo mismo cumplo con el perfil que mi póster está intentando criticar: doy la imagen de "masculino", una realidad que acepto pero que, al mismo tiempo, me hace sentir imbécil, pues odio ponerme etiquetas. Sin embargo cuando estoy en una situación intima con un hombre nunca tengo que hablar de forma previa sobre cual es mi rol.
La cosa es que no creo que la masculinidad o la atracciĂłn que uno sienta hacia los atributos masculinos sean necesariamente malas. Pero, cuando esa masculinidad o atracciĂłn se vuelven tĂłxicas —es decir, cuando aparece el comportamiento tĂłxico, la masculinidad se convierte en el penĂşltimo criterio que tiene uno para definir lo que le atrae, y eso lleva a marginar a aquellos que no cumplan con las expectativas o a crear divisiones y poner barreras entre las personas—, entonces es un problema.
Yo puedo ser masculino, pero el adjetivo "masculino" por sà solo me hace sentir incómodo. Es como si diciendo "soy masculino" estuviera diferenciándome de otros miembros de mi comunidad y dándole importancia a cosas que tienen poco que ver con lo que soy como persona.
Me incumbe —y deberĂa incumbirnos a todos— es cĂłmo nos tratamos los unos a los otros como comunidad que somos
"Los que han reaccionado mal hacia nuestro panfleto son tipos que no conocen la diferencia entre masculinidad y masculinidad tĂłxica", dijo Mateo. "Creen que lo que queremos decir es que todo el mundo deberĂa llevar vestido o algo asĂ. Pero nuestra idea no es para nada esa. Hay muchas fiestas geniales que celebran la masculinidad convencional de forma positiva. A lo que nosotros nos referimos es a toda una serie de comportamientos estereotipados y totalmente inaceptables causados por las influencias negativas de la cultura blanca y heterosexual que han invadido la vida nocturna gay en muchos sentidos".
¿CĂłmo puede ser que sobreviviĂ©ramos al VIH, a siglos de intolerancia religiosa y polĂtica, a dĂ©cadas de intolerancia evidente y a la lucha por los derechos civiles básicos para acabar escribiendo "abstenerse tĂos con pluma" en vuestro perfil de una aplicaciĂłn de citas? DeberĂamos celebrar los derechos y la aceptaciĂłn que hemos logrado defendiendo la diversidad. Sed tan masculinos, femeninos o de gĂ©nero fluido como quieran
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio. Porque las divisiones lo Ăşnico que hacen es debilitar a nuestra comunidad, y ese impulso de divisiĂłn, la mayorĂa de las veces, lo heredamos de aquellos que han intentado oprimirnos durante años. Solo seremos fuertes si nuestra comunidad se mantiene unida y fuerte.
Parafraseando lo que dijo mi amigo: ¡ En estos lugares, precisamente, deberĂamos ser siempre bienvenidos!
A primera vista, yo mismo cumplo con el perfil que mi póster está intentando criticar: doy la imagen de "masculino", una realidad que acepto pero que, al mismo tiempo, me hace sentir imbécil, pues odio ponerme etiquetas. Sin embargo cuando estoy en una situación intima con un hombre nunca tengo que hablar de forma previa sobre cual es mi rol.
La cosa es que no creo que la masculinidad o la atracciĂłn que uno sienta hacia los atributos masculinos sean necesariamente malas. Pero, cuando esa masculinidad o atracciĂłn se vuelven tĂłxicas —es decir, cuando aparece el comportamiento tĂłxico, la masculinidad se convierte en el penĂşltimo criterio que tiene uno para definir lo que le atrae, y eso lleva a marginar a aquellos que no cumplan con las expectativas o a crear divisiones y poner barreras entre las personas—, entonces es un problema.
Yo puedo ser masculino, pero el adjetivo "masculino" por sà solo me hace sentir incómodo. Es como si diciendo "soy masculino" estuviera diferenciándome de otros miembros de mi comunidad y dándole importancia a cosas que tienen poco que ver con lo que soy como persona.
Me incumbe —y deberĂa incumbirnos a todos— es cĂłmo nos tratamos los unos a los otros como comunidad que somos
"Los que han reaccionado mal hacia nuestro panfleto son tipos que no conocen la diferencia entre masculinidad y masculinidad tĂłxica", dijo Mateo. "Creen que lo que queremos decir es que todo el mundo deberĂa llevar vestido o algo asĂ. Pero nuestra idea no es para nada esa. Hay muchas fiestas geniales que celebran la masculinidad convencional de forma positiva. A lo que nosotros nos referimos es a toda una serie de comportamientos estereotipados y totalmente inaceptables causados por las influencias negativas de la cultura blanca y heterosexual que han invadido la vida nocturna gay en muchos sentidos".
¿CĂłmo puede ser que sobreviviĂ©ramos al VIH, a siglos de intolerancia religiosa y polĂtica, a dĂ©cadas de intolerancia evidente y a la lucha por los derechos civiles básicos para acabar escribiendo "abstenerse tĂos con pluma" en vuestro perfil de una aplicaciĂłn de citas? DeberĂamos celebrar los derechos y la aceptaciĂłn que hemos logrado defendiendo la diversidad. Sed tan masculinos, femeninos o de gĂ©nero fluido como quieran
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio. Porque las divisiones lo Ăşnico que hacen es debilitar a nuestra comunidad, y ese impulso de divisiĂłn, la mayorĂa de las veces, lo heredamos de aquellos que han intentado oprimirnos durante años. Solo seremos fuertes si nuestra comunidad se mantiene unida y fuerte.
Parafraseando lo que dijo mi amigo: ¡ En estos lugares, precisamente, deberĂamos ser siempre bienvenidos!
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