Perdida Mente el amor más allá de la memoria.

Por Ale K | Los avances tecnológicos realizados en los últimos años en el campo de las neurociencias han sido fascinantes. En especial, aq...

Por Ale K | Los avances tecnológicos realizados en los últimos años en el campo de las neurociencias han sido fascinantes. En especial, aquellos centrados en comprender mejor el cerebro y su íntima relación con la mente. Por primera vez la tecnología puede ver dentro de nuestra cabeza el cableado eléctrico.

Podemos sacar fotos de nuestros pensamientos utilizando escaneos cerebrales y medir el grado de excitación de las neuronas a medida que se van aproximando a una solución o cuando estas comienzan a fallar, cuando nos aproximamos a la pérdida del ese poder cognitivo, con las neurociencias podemos cambiar nuestro cerebro si sabemos como funciona. De todo esto trata la nueva obra de la dupla Ascencio-Muscari PERDIDA MENTE. 

La cosa es así: una jueza de la Nación siente que algo no funciona bien en su cabeza, una mujer convocante, con poder sobre la Corte Suprema, piensa que ya no podrá dedicarse a la tarea para la que se preparó y descolló toda una vida. Tiene una relación de interdependencia con su criada de siempre que hace las veces de confidente a la que le participa de las nuevas decisiones que piensa tomar con el aspiracional dominio que tiene sobre las neurociencias y así va re-creando un mundo para sí y para los que la rodean, que poco a poco empieza a borrarse. Tiene Alzheimer.  

Distintos cuerpos con una misma mente

Leonor Benedetto, la eterna Rosa de Lejos, es quien encarna a esta jueza pragmática que poco cree (hasta ahora) en los afectos y los valores empáticos de la vida. Es quien lleva -brillantemente- la trama de la obra porque es quien sufre el deterioro cognitivo y lo relata.

Ana Maria Picchio es la mucama, la que está en sincronía con todo lo que piensa y cree la señora (Benedetto).  Ella misma cuenta: "Me dieron la obra para elegir y opté por el personaje de la mucama, la mano derecha de la señora, que es jefa de la Corte Suprema. Es esa mucama de toda la vida que la ayudará en situaciones difíciles, la que queda para el final de su vida. La señora le da todo a esa mujer que la está sirviendo. Hay un amor mutuo. En cuanto al tema, tiene que ver con lo que pasa por el cerebro y los sentimientos, esta nueva tendencia de que si duele la cabeza o la panza tiene que ver con lo emocional. Lo comprende la mucama, que se transforma. Y el efecto que tiene eso en la familia de la señora, que cree que la mucama debe limitarse a limpiar. La empiezan a agredir". 

Julieta Ortega es la hija demandante de la jueza que vive al borde, coquetea con las drogas, ama el cine francés y se enrola en cuanta terapia alternativa la ronda. 

Patricia Sosa en un el papel de una histérica estresada, una workaholic a la enésima potencia que no tiene ningún problema en discriminar y que ha normalizado la corrupción. La abogada mediática, que a la par del vínculo que tiene con la jueza, se la ve por la televisión defendiendo casos indefendibles.

Se hace esperar pero cuando Karina K sale al escenario, sale el sol! Karina que ha demostrado que puede pisar un escenario encabezando una comedia musical, hasta ésta en la que no canta, encandila cuando sale por la pata izquierda. Desopilante como la hermana desbordada y verborragia. Tiene una vertiginosidad de emociones. Se suma en los últimos cuarenta y cinco minutos a esta tribu de mujeres al borde de un ataque de nervios que van poco a poco descubriendo quienes son en realidad.

Jose María Muscari, el director que más éxitos cosechó en el último tiempo, vuelve sobre el mundo femenino en una comedia delirante, hilarante, sorprendente que transita el deterioro de la mente, lo hace junto a Mariela Ascencio (Mujeres en el baño en 2008 la inusual obra feminista de la autora) ambos recorriendo el mundo femenino de la forma que mejor saben a través de la comedia. 

Pensando la obra como un electroencefalograma, (creo que amerita), no arroja una línea plana, tiene picos desopilantes y mesetas para la reflexión. Generalmente cuando veo una obra de estas características salgo pensando que se podría haber acortado el tiempo, no es el caso aquí. Perdida Mente está calculada milimétricamente. Es como asistir al ritual de estas mujeres que se van desmaquillando hasta que llega el final. 

Salí del teatro con "dolor de cara" por las carcajadas estrepitosas, como hace mucho tiempo no me pasaba. La vuelta al teatro fue una fiesta, a la que debemos volver (barbijo mediante) los amantes del género. 

Perdida Mente recomendable si no queres olvidarte del buen teatro y del humor. 

Ficha Técnica

LEONOR BENEDETTO
KARINA K
JULIETA ORTEGA
ANA MARIA PICCHIO
PATRICIA SOSA

Dirección

JOSE MARIA MUSCARI

Multiteatro Comafi

Una producción de Tomas Rottemberg

Una comedia desopilante. Divertida e inteligente. Una comedia sobre nuestros pensamientos. ¿Alguna vez te preguntaste qué hay dentro de tu cabeza?