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Al otro lado del Grindr. Encontrándome un amigo en la app.

Juan Cruz Pando | Leo no era de esos que usaban Grindr para quedar con gente para tener sexo, o al menos, eso era lo que a mí me decía. Y d...

Juan Cruz Pando | Leo no era de esos que usaban Grindr para quedar con gente para tener sexo, o al menos, eso era lo que a mí me decía. Y digo que eso era lo que me decía porque un día recibí una foto suya mientras era yo el que estaba usando la aplicación y perplejo me quedé.




Mi primer pensamiento fue el de hacer captura y mandársela para que supiera que había alguien que estaba usurpando su identidad con no sé muy bien qué intenciones, porque nunca he entendido a esa gente que usa una foto que no es la suya para levantar…; pero antes, decidí seguir la conversación para ver lo que daba de sí.

La cosa fue subiendo de tono poco a poco, pasando de “a castaño oscuro" con cada foto que íbamos añadiendo a ese álbum con el que se podía llegar a hacer un rompecabezas en tres dimensiones de él sí juntabas todas ellas. Yo sin embargo, con las mías, no. En ningún momento le mandé foto de cara donde se me viera claramente. Tampoco me la pidió.

En todas sus fotos era él, incluso en aquellas en las que no aparecía su cara, y estaba claro que lo era...  por sus tatuajes. De pronto él fue el que comenzó la tanda de fotos donde se puso picante, primero él una al palo revelando paquete bajo el pantalón, yo una con el calzón Narciso que se me mete en el orto. Luego él otra donde se le veía la puntita, luego yo con el calzón medio bajo… y así hasta que ya no quedaba nada más que causara picor, solo mi curiosidad, curiosidad por saber si realmente era él o quizá un ex que estaba usando su álbum de fotos privado a modo de venganza.

En ese momento no sabía qué hacer. Estaba claro que, si realmente era Leo, me había ido a la banquina y habíamos derrapado. 


Pero para solventar este tipo de dudas y para cerciorarme de que el era él le pedí foto de chota. ¿Por qué? Porque Leo se había tatuado un águila en la chota, un águila que según decía crecía cuando estaba caliente. Yo la había visto en reposo. Espere ansiosamente unos minutos y me la mandó! Ahí estaba el águila en todo su esplendor, no era un fake, Era Leo! el truco era infalible! Los tipos siempre caían. Y ahora tenia frente a  mi la verga de mi amigo erguida pidiendo guerra, ¿Cómo salía de esta? 

Y sí, después de ver esa foto de Leo, con su gloria en la entrepierna, tenia que actuar rápido. En ese momento lo llamé por teléfono, me revelé como el que estaba del otro lado de su Grindr. Ambos nos reímos de lo que había pasado. Me pidió que no dijera sobre que lo había visto por esos mundos y sin calzones, con su águila erguida y desafiante.  Y yo, como buen amigo que soy, digo de él lo mismo que digo de mí: ni la uso, ni la usa, ni la volveremos a usar más.



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