[avatar user="Martin Soria" align="right"]Martin[/avatar] Estuve leyendo una nota sobre el Bud sex, algo que está muy...
[avatar user="Martin Soria" align="right"]Martin[/avatar]
Estuve leyendo una nota sobre el Bud sex, algo que está muy de moda por estos dĂas, o lo que es lo mismo: sexo entre hombres heterosexuales sin ningĂşn tipo de afecto y siempre desde la clandestinidad. Desde mi experiencia creo que los hombres somos de por si visuales y cuando estamos mucho tiempo "entre machos" esto surge solo, algunos deciden jugar un picadito para despuĂ©s hacer tercer tiempo en el vestuario.
Siempre de alguna manera nos la terminamos arreglando para poder llegar a algún encuentro cercano con algún tipo. Esto ocurre en los vestuarios desde hace mucho, tal vez ahora se ha hecho publico gracias a los teléfonos con camaritas indiscretas y las redes sociales, pero créanme esto viene de antaño.
Sexo entre hombres ha habido desde el principio de los tiempos. Desde que se tenĂa un calentĂłn tan fuerte que se calmaba con la Ăşnica persona que se tenĂas a mano, por supuesto un hombre, o simplemente porque se atraĂan, se gustaban. En realidad no tengo ni idea, porque evidentemente no estaba allĂ. O tal vez si, en otra vida, claro.
Cierto es que algunos heterosexuales puedan sentirse atraĂdos por su mismo sexo en algĂşn momento de su vida o por pura necesidad cuando solo se relacionan entre hombres, caso de las cárceles o en el ejĂ©rcito, aquĂ con mucho silencio. TambiĂ©n es cierto que en la actualidad se vive la vida sexual con más apertura, sin tanto tabĂş y con ganas de experimentar lo antes prohibido.
En los vestuarios también pasa:
Entre los varones la imagen del post gym incluye algunos estereotipos: el tĂmido que se oculta de los desinhibidos, los egĂłlatras que se jactan de sus atributos y aquel que se hace el “macho” para no revelar sus miedos. Estas imágenes anticipadas que abundan en la mente de los hombres condicionan la conducta real. Bajo el pudor o la vanidad se observa el cuerpo del otro. Conducta automática, premeditada o espontánea, en todos los casos algo de la curiosidad se impone en la mirada. Y es inevitable el cotejo, la crĂtica, y cierta jactancia cuando se gana en la comparaciĂłn, porque aunque NO le gusten sexualmente los hombres, EL hombre mira para ver si la tiene más grande.
Nunca me han gustado las etiquetas. Me costó mucho admitir mi bisexualidad desde el grado que me puede excitar cuando me toca un hombre en un masaje o en un momento de mucho morbo. Nada más. Si a eso se le llama ser bisexual, lo soy. Si se le llama Bud Sex, lo practico. Si quieren nombrarlo como heterosexuales que tienen sexo entre ellos, también lo acepto. Si hay alguna otra forma de llamarlo por supuesto que me señalo. Aunque en realidad todos estos apelativos me suenan a excusa, a no querer aceptar en realidad nuestro ser completo, tal como es, y como ya saben no es mi caso.
Complejo desde luego. Etiquetar lo más natural del mundo no tiene sentido. Lo mejor es que vivamos en libertad, sintiendo aquello que más felices nos haga. Que importa si uno es gay, bisexual, hetero o lesbiana, si práctica el Bud Sex o es bromosexual, el bondage, el travestismo o la lluvia dorada. Hagas lo que hagas hazlo desde tu libertad, aceptando SIEMPRE quien sos.
Me parece patĂ©tico querer poner nombres sobre nombres, etiquetas sobre etiquetas. Pero respeto las opiniones de los demás, por eso me gustarĂa conocer tambiĂ©n sus opiniones. Siempre enriquece saber lo que opinan los demás sobre etiquetas que de una forma u otra nos señalan formando parte de nuestras vidas.
Mira en mĂ experiencia me defino por asĂ decirlo bisexual. Prefiero los tipos pero me la sigue parando una linda mina y me siguen dando ganas de estar con minas. Lo que veo muy seguido cuando estoy en el gabinete haciendo masajes, es una gran cantidad de hombres etiquetados como heterosexuales, casados padre de familia. Que con el masaje quieren alguna participaciĂłn de todo tipo. Algunos he hablado el tema y pasa porque le gusta explorar cosas que con sus esposas no pueden. Son los menos los que se asumen hay y llevan una vida socialmente correcta. Yo no los catalogaria y de hacerlo lo harĂa como personas que quieren disfrutar de su sexualidad en forma plena. Sin inhibiciones. Es frecuente que suceda en especial por el tipo de masaje que birndamos con mĂ pareja. Pero ponerles tĂtulo me parece que no es necesario. Yo mismo no entro en algĂşn tĂtulo en forma completa saludos pablo302121@gmail.com
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