Por Juan Cruz Pando | Me contaron un cuentito y realmente me dejĂł pensando en todas las cosas en las que uno pierde el tiempo, cuando cree...
Por Juan Cruz Pando | Me contaron un cuentito y realmente me dejĂł pensando en todas las cosas en las que uno pierde el tiempo, cuando cree que tiene todo el IDEM por delante. En este tiempo de #PANDEMIA me di cuenta que todas las cosas que creĂa tenĂa seguro no lo eran tal. Esta crisis por la que estamos pasando a nivel mundial, puso de relieve que todo aquello que creemos tener mañana puede no estar. Me ha quedado tan claro que luego de noches de angustia, desazĂłn y sobre todo luego de escuchar este cuentito que me contaron por un mensaje de voz en grindr, me llevĂł a hacer videollamada con parte de mi familia que están en CĂłrdoba y salĂ del closet, sobre todo con dos a los que me importaba llegara el mensaje. Mis padres. Lloramos, queremos estar juntos, mi mamá estaba esperando que yo hablara. A mi viejo se le llenaron los ojos de lágrimas y me dijo -apelando a su raĂz telĂşrica- que siempre iba a tener un palenque pa' rascarme. Que contara con Ă©l. Dejamos para la vuelta a mi CĂłrdoba querida, los abrazos, el asado y el fernet con coca.
Tal vez les parezca mentira que esta anécdota haya logrado mi salida del armario, pero siento que ya no hay tiempo que perder. Leanla y aprovechen el tiempo que nos queda. Al final no sabemos si es mucho o poco. NO sabemos si estamos en manos de gobernantes probos. Los gays ya por el hecho de serlo, tenemos que aprender a cuidarnos el culo solos.
Durante la agradable noche, viendo tanta intimidad entre los dos, ella se puso aĂşn más curiosa por saber si habĂa realmente algo allĂ más allá de la amistad. Notando la curiosidad de su madre pronto dijo: "Madre, sĂ© lo que estás pensando; lo puedes olvidar, solo somos amigos y nada más."
Una semana despuĂ©s el amigo que compartĂa el apartamento le dijo a su pareja: Desde que tu madre estuvo aquĂ, desapareciĂł la bandeja de plata. ¿Crees que fue ella?
Tal vez les parezca mentira que esta anécdota haya logrado mi salida del armario, pero siento que ya no hay tiempo que perder. Leanla y aprovechen el tiempo que nos queda. Al final no sabemos si es mucho o poco. NO sabemos si estamos en manos de gobernantes probos. Los gays ya por el hecho de serlo, tenemos que aprender a cuidarnos el culo solos.
AquĂ el cuentito: "La bandeja de plata."
Una madre fue a cenar en la casa de su hijo, este compartĂa el apartamento con un amigo. Durante la cena no podĂa dejar de notar cĂłmo el amigo de su hijo era bello y de buena apariencia. Ella sospechaba de la sexualidad de su hijo, pero siendo una buena madre sintiĂł que Ă©l deberĂa decirle cuando Ă©l se sintiera cĂłmodo para ello. Pero viendo a los dos juntos, el trato que se dispensaban quedĂł obviamente mas curiosa del tema.Durante la agradable noche, viendo tanta intimidad entre los dos, ella se puso aĂşn más curiosa por saber si habĂa realmente algo allĂ más allá de la amistad. Notando la curiosidad de su madre pronto dijo: "Madre, sĂ© lo que estás pensando; lo puedes olvidar, solo somos amigos y nada más."
Una semana despuĂ©s el amigo que compartĂa el apartamento le dijo a su pareja: Desde que tu madre estuvo aquĂ, desapareciĂł la bandeja de plata. ¿Crees que fue ella?
RespondiĂł: Estoy seguro de que no, pero voy a enviar un E-mail solo para asegurarme. Se sentĂł y escribiĂł:
Hola Madre, no digo que tengas la bandeja de plata de mi casa, y tampoco digo que no la tengas, pero el hecho es que desde que estuviste aquĂ, desapareciĂł. Besos, tu HijoDos dĂas despuĂ©s recibiĂł la respuesta: Es que Mamita sabe
Querido Hijo, no digo que duermas con tu amigo, ni estoy diciendo que no duermes con Ă©l, y sabes que te amo de todos modos. Pero el hecho es que si Ă©l estuviera durmiendo en la cama de su habitaciĂłn, habrĂa encontrado la bandeja debajo de la almohada.
¿Cuándo vienen a cenar?
Besos, tu Mamá.
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