Page Nav

HIDE

Hide

HIDE

Grid

GRID_STYLE
TRUE

Sidebar

Dambiente es un magazine orientado a temas LGTTB que publica diariamente, con una gran variedad de autores y temáticas, definido en una palabra: INDEPENDENCIA

Top Ad

//

Últimos post

latest

¿VIH igual a sexo gay?

Por Ale K | El miedo al contagio del VIH, sobre todo en el sector LGTB, es, aún hoy (y a pesar de los avances médicos, tecnológicos y cient...

Por Ale K | El miedo al contagio del VIH, sobre todo en el sector LGTB, es, aún hoy (y a pesar de los avances médicos, tecnológicos y científicos), un motivo de demanda recurrente en las consultas psicológicas. Este miedo, ligado al estigma social que lleva adherido esta enfermedad inmunodeficiente, no sólo contribuye al rechazo de las personas infectadas, sino que también puede originar, de forma colateral, disfunciones sexuales (sobre todo en el caso del hombre), creencias irracionales, niveles de ansiedad elevados (aun usando las medidas de prevención adecuadas) e incluso, a largo plazo, y si se generaliza, fobia a las relaciones sexuales.





Hay que atreverse a ser sexual de forma sana, tomando siempre conciencia de la enfermedad y buscando la motivación adecuada para mantenerte negativo ya que, como dijo Friedrich Nietzsche, “El sexo es una trampa de la naturaleza para no extinguirse”, y, como tal, usando las medidas pertinentes, la diversión está garantizada y la salud más que asegurada.


La falta de información es, en numerosos casos, la razón de muchos de estos miedos que, con frecuencia, acaban generando algún problema de índole psicológico. Preguntas muy recurrentes en consulta son: ¿Y si por la saliva me ha transmitido el VIH?, ¿Y si tenía algún corte en la boca y ahora estoy infectado?, ¿Y si por practicar sexo oral y liberar líquido pre-seminal ahora tengo el virus?. U otros hipotéticos del tipo: ¿Y si la persona con la que he tenido una relación es VIH positivo?, ¿Y si se me rompe el condón?, etc. A éstas, se le añaden el padecimiento de los famosos “síntomas característicos de la enfermedad” (dolor de garganta, cansancio, dolor de cabeza y sudoración fría por la noche, ganglios inflamados, erupciones en la piel, etc.) que podemos encontrar en internet, foros, etc., y que el paciente asegura estar “experimentando” pasado muy poco tiempo de esa posible relación de riesgo. En esta línea, es importante tener en cuenta que, si bien es cierto que en numerosos casos se aprecia un patrón de sintomatología común en diversos pacientes (un cuadro pseudo-gripal), hoy por hoy, NO existe ningún síntoma que, por sí solo, nos indique que somos portadores del VIH. Para la detección de un posible contagio, únicamente se consigue con un análisis de sangre y no con la experimentación de dichos síntomas. Una prueba diagnóstica que muchas asociaciones LGTB y diferentes colectivos realizan de forma totalmente gratuita y confidencial para favorecer, entre otras razones, la normalización de la prueba y prevenir así futuros resultados positivos.



Por otro lado, también conviene tener en cuenta que, con frecuencia (y en muchos casos inducido por el miedo de contraer el virus), las personas suelen empezar a somatizar (transformar los problemas psicólogos en físicos) poco tiempo después de la relación de riesgo, aun cuando los síntomas pseudogripales suelen darse algunas semanas después del acto sexual o, incluso, pasar desapercibidos. La simple idea de estar infectados por el Virus de la Inmunodeficiencia Adquirida produce un estado terror que crea, por un lado, una distorsión de la realidad. Ideas irracionales que generan un bucle ansioso-disfuncional que lleva, en ocasiones, a que la persona experimente altos niveles de ansiedad y crea que está padeciendo, de forma inmediata, esos supuestos síntomas, siendo esto, en su gran mayoría, completamente improbable. Y, por otro lado, un rechazo a hacerse la prueba, bien por miedo a su resultado, o bien porque la persona cree o desea creer que el VIH es algo que no le tocará.

Obsesionarse con la idea de un posible contagio, después de cada relación sexual, e incluso después de haber usado las medidas de protección adecuadas, es totalmente perjudicial con consecuencias más que negativas, no sólo para la vida sexual de la persona, sino también para alcanzar un estado de bienestar o de seguridad personal. Haciendo uso del preservativo masculino, por ejemplo, la probabilidad de contagio es prácticamente nula ya que éste método de protección cuenta con un 97% de eficacia demostrada, si se hace un uso correcto de él.




No hay comentarios

Que tu mensaje sea respetuoso, de no serlo no será publicado...

popads